CONTRA EL RECORTE DE LIBERTADES EN OVIEDO.
POR CRIMINALIZAR LA POBREZA, LA POBLACIÓN INMIGRANTE Y LA VENTA AMBULANTE.
La ordenanza sanciona a los sectores mas desfavorecidos de la sociedad (a los excluidos, a los pobres, a los inmigrantes…) ya que la simple petición de una limosna o un donativo está criminalizado por esta ordenanza (Art. 9 y 10).
La aprobación de dicha Ordenanza, que se presenta a sí misma como garantía de “la libre circulación de las personas” y del “derecho a disfrutar del paisaje urbano y los espacios públicos”, supondría en realidad justo lo contrario de lo que dice defender.
El derecho a la ciudad se convertiría en un derecho exclusivo de una parte de la ciudadanía, ya que la ordenanza supone un ataque a los colectivos más vulnerables (“mendigos”, inmigrantes, prostitutas), que serían duramente reprimidos. Multas de hasta 750 euros por ejercer la mendicidad son buen ejemplo de ello.
La ordenanza tampoco quiere a la juventud en las calles de la ciudad. Por eso prohíbe la práctica de juegos en calles y plazas. Establece además multas de hasta tres mil euros por el consumo de “bebidas alcohólicas o similares” en los espacios públicos. No nos engañemos: esta medida no busca restringir el consumo de alcohol, sino garantizar que se realice pagando los precios de bares y terrazas.
POR OFRECER UNA VISIÓN DE LOS JOVENES COMO DELINCUENTES.
Con el objetivo de mantener la ciudad en condiciones de “limpieza, pulcritud y ornato”, la ordenanza restringe el derecho a la libertad de expresión, al multar con hasta tres mil euros la realización de “cualquier tipo de pintada” o “expresión gráfica”. Las restricciones a las pegadas de carteles, repartos de octavillas y otras formas de comunicación –que ya se vienen produciendo desde hace tiempo- impiden trasladar sus propuestas a la ciudadanía a asociaciones de vecinos, colectivos sociales y culturales y grupos políticos.
POR CONVERTIR A TODOS LOS CIUDADANOS EN “VIGILANTES” FORZOSOS.
La ordenanza establece además la obligación, bajo multa de hasta 1500 euros, de suministrar datos e información a los agentes policiales y autoridades, convirtiendo a los ciudadanos/as en “chivatos” que deben denunciar todo lo “ilegal” que la Policía, según su criterio, considere que regula la ordenanza.
POR SU SUBJETIVIDAD Y DISCRECIONALIDAD.
A lo largo de toda la ordenanza se aprecia una peligrosa subjetividad, tanto a la hora de delimitar las conductas delictivas, descritas en detalle pero también de forma muy genérica, como a la hora de aplicarlas por la Policía y los Cuerpos de Seguridad. La imposición de las sanciones y la graduación de las sanciones, obedece a la discrecionalidad del Policía que las aplique.
No extraña, por todo ello, que el texto de la Ordenanza esté firmado por el Jefe de la Policía Local, Agustín de Luís, responsable en la actualidad de la persecución al colectivo inmigrante por las calles de Oviedo, y ex-miembro de la Brigada Político-Social del franquismo. Verdaderamente, algunas de las medidas de la Ordenanza recuerdan otras épocas…
¿Sabes que sólo podrás reunirte con tus amigos, hacer deporte o jugar si lo haces previo pago (terraza, gimnasio, etc.)?.
¿Sabes que ser pobre en Oviedo será un delito?
¿Sabes que te pueden multar porque tus hijos jueguen en la calle? ¿Sabes que cualquiera que no sea propietario de un medio de comunicación no podrá expresarse?.
POR LA FALTA DE NINGÚN TIPO DE ASUNCIÓN DE RESPONSABILIDAD POR PARTE DEL AYUNTAMIENTO.
Esta Ordenanza solo prohíbe ¿Dónde están las alternativas?: mayor inversión en políticas de integración social, de empleo, donde están los espacios públicos dedicados a que los colectivos sociales puedan expresar sus posiciones, o los urinarios públicos….: prohíbe hacer deporte en la calle, prohíbe reuniones, prohíbe la propaganda política, cultural y social, prohíbe los únicos medios de subsistencia de la población inmigrante y de personas pobres…
PORQUE NO CORRESPONDE A NINGUNA NECESIDAD SOCIAL REAL.
Por estas razones, diferentes asociaciones, colectivos, organizaciones, partidos políticos, hemos pedidos la retirada de la Ordenanza Municipal de Convivencia Ciudadana. Y volveremos a salir a la calle, todas las veces que sean necesarias para pedir la derogación de dicha ordenanza.